Siempre es imprescindible tener en cuenta la seguridad en sistemas hidráulicos en las plantas industriales, ya que estos, por su capacidad de generar grandes fuerzas y presiones, implican riesgos bastante significativos si no se diseñan, operan y mantienen con protocolos rigurosos.
En IMPSA queremos darte las mejores prácticas para que prevengas accidentes, protejas a tus colaboradores y garantices la continuidad operativa, integrando recomendaciones técnicas y de gestión, adaptables a diferentes sectores industriales.
Antes de que operes cualquier sistema hidráulico, es fundamental llevar a cabo una evaluación de riesgos que contemple presiones de trabajo, velocidades de actuación, puntos de acceso y posibles efectos de fallas, como proyección de piezas, fugas a alta presión, atrapamiento, etc.
El análisis tiene que incluir lo siguiente:
Es importante documentar esta evaluación para que sirva como base de procedimientos seguros y para la formación del personal.
Un diseño seguro minimiza de raíz la probabilidad de incidentes. Entre las buenas prácticas de diseño es recomendable implementar válvulas de alivio correctamente dimensionadas, sistemas de bloqueo mecánico en posiciones críticas, dispositivos de protección contra sobrepresión y rutas de tuberías que eviten las zonas de paso del personal.
Utilizar materiales y recubrimientos adecuados para el fluido y el ambiente (corrosión, abrasión) también favorece a la durabilidad y a la seguridad del sistema.
Es igual de importante integrar sensórica, con detectores de presión, alarmas de temperatura y sensores de posición que permiten anticipar las condiciones anómalas y activar los paros controlados antes de que suceda una situación peligrosa.
Los procedimientos estandarizados y escritos son determinantes. Antes de cualquier intervención, debes aplicar protocolos de bloqueo y etiquetado (lockout-tagout) que aseguren la eliminación de energía residual: descarga de acumuladores, bloqueo físico de válvulas y purga de líneas.
Recuerda documentar cada paso y que los verifique un supervisor diferente al que realice la intervención.
Además, los procedimientos de operación tienen que contemplar los arranques y paradas seguras, pruebas a baja presión para los ajustes y los límites claros para poder operar en condiciones de emergencia. Todos los parámetros de operación se tienen que registrar y comunicar.
Un programa de mantenimiento preventivo se trata de la primera línea de defensa contra las fallas. Agrega inspecciones visuales, análisis de aceite, verificación de sellos y pruebas de estanqueidad.
Para complementarlo, el mantenimiento predictivo, apoyado con análisis de vibración, termografía y monitoreo en tiempo real, disminuye la probabilidad de fallos inesperados, mientras permite el planificar intervenciones en ventanas seguras de producción.
El control de la calidad del fluido hidráulico (que no haya contaminación, humedad, viscosidad, etc.) es crítico, ya que los fluidos contaminados aceleran el desgaste de sellos y pistones, además de ser una fuente común de fallas que pueden derivar en circunstancias de riesgo.
Todo el personal que tenga interacción con sistemas hidráulicos es importante que cuente con equipos de protección personal (EPP) adecuados: gafas de seguridad, guantes resistentes a aceites, ropa antiestática y protección facial para las intervenciones de mayor riesgo.
Pero el EPP solo es la última barrera; la formación continua en procedimientos, identificación de fallas incipientes y manejo seguro de fluidos es definitivo.
Fomentar una cultura de seguridad implica reportar las condiciones que sean inseguras sin penalizaciones, actualizar los procedimientos tras cada incidente o casi accidente, y llevar a cabo simulacros de respuesta ante las emergencias.
Las auditorías periódicas y el cumplimiento de normas internacionales y locales (que se relacionan con la presión, la soldadura, manipulación de fluidos y seguridad laboral) garantizan que las prácticas se encuentren alineadas con estándares correctos.
La trazabilidad de componentes, pruebas y calibraciones refuerzan la confianza operativa y hace sencillas las auditorías externas.
Cuando pase un accidente, tu empresa tiene que activar un protocolo de respuesta donde se contemple la atención de heridos, la contención de derrames y el aislamiento del sistema.
Después, un análisis de la causa raíz otorga lecciones aplicables para así evitar que se repita. Registra y comparte estos aprendizajes para fortalecer la prevención en todo el negocio.
La mejor estrategia para reducir los riesgos y garantizar operaciones confiables es contar con apoyo técnico especializado, para facilitar la adopción de las mejores prácticas y que los sistemas hidráulicos tengan los estándares de seguridad pertinentes. En IMPSA podemos ayudarte, gracias a nuestro enfoque integral y experiencia.